lunes, 28 de marzo de 2011

Jugaría a ser siempre una niña

La sonrisa es contagiosa. Y la felicidad se transmite en una de ellas. El alma es susceptible a lo bueno y a lo malo. Pero cuando jugamos a ser niños, ella abre sus ventanas de par en par para ser pura y esencial. Los ojitos totalmente abiertos, habitados por la sorpresa y el misterio, la imaginación a flor de piel, y el cuerpo dispuesto a actuar... Jugaría a ser siempre una niña.


                                                                                                                        2010

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