sábado, 16 de marzo de 2013

Mi gota y su cristal

Estoy sumergida en un lago,
un lago de aguas tristes y solitarias,
las cuales alguna vez fueron
encantadas por una presencia.
Una presencia que parecía no importar,
a la luz de un comienzo en suspenso,
un ser que se dejó mostrar,
hasta que acabó con enamorar.
Muy enamoradas estaban las aguas
las cuales felices se retorcían,
danzaban en distintas corrientes
para llamar su atención.
Aquél ser que las enamoró no supo,
cuánto las hizo sufrir cuando
al partir,
las dejó en soledad, allí.
¡Qué manso está el lago,
está sin ganas de vivir...!
ya no encuentra su sentido
si su amado no está aquí.
Espera, aunque con poca fe,
que aquella presencia vuelva,
y corriendo venga a saltar
a sumergirse en las aguas de mi amar....


2013

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