sábado, 16 de marzo de 2013

Mi gota y su cristal

Estoy sumergida en un lago,
un lago de aguas tristes y solitarias,
las cuales alguna vez fueron
encantadas por una presencia.
Una presencia que parecía no importar,
a la luz de un comienzo en suspenso,
un ser que se dejó mostrar,
hasta que acabó con enamorar.
Muy enamoradas estaban las aguas
las cuales felices se retorcían,
danzaban en distintas corrientes
para llamar su atención.
Aquél ser que las enamoró no supo,
cuánto las hizo sufrir cuando
al partir,
las dejó en soledad, allí.
¡Qué manso está el lago,
está sin ganas de vivir...!
ya no encuentra su sentido
si su amado no está aquí.
Espera, aunque con poca fe,
que aquella presencia vuelva,
y corriendo venga a saltar
a sumergirse en las aguas de mi amar....


2013

Un café

Será que las estrellas dejan un destello de tristeza,
una ilusión a la espera y un corazón,
que anhela ser querido.
Ni el reflejo de mí en el agua puedo ver,
para no darme cuenta que la tristeza está allí,
en mis ojos, semi-abiertos.
Una lucha que no deja de ser constante,
una conocida piedra que me deja caer y caer,
comienza, como una espina, a dolerme.
Y caigo, en una laguna de peces desorientados
que buscan el camino correcto,
hacia el fluir de la liberación.
Un café que me mima en la fría soledad,
en el cual busco refugio en su calor,
y sentirme así, acompañada.
Hay un hombre a quien espero y no espero,
desespero por su ausencia y presencia,
quien me ata a una locura que no se va.
¡Y un llanto que explota cuando reacciono...!
Un dolor que oprime fuerte el timo y,
se achica el corazón.
¿Acaso no es bella la imaginación...
La sonrisa, el abrazo y la pasión?
Que perdone mi ingenuidad.
Si con hadas y duendecillos es un tierno,
divertido y valioso vivir.
Un poquito de magia, tal vez.
Ni un payaso, ni un empresario busco pedir,
no busco la comedia ni el drama,
sólo con quién compartir mi sonreír.
Seré toda mi vida una profeta,
que sólo aquello que perdurará por siempre
es la magia, el juego y el amor.
Sólo quien respete mi forma de ser,
merecerá mi respeto y valor;
Antes, la ignorancia.
En la soledad puedo recordar,
que un mundo de fantasías hay en mí,
y que nada ni nadie podrá reprimir.
Ahora no sólo me acompaña un café,
sino que me abraza mi ser,
susurrándome para qué vivo...



2013