martes, 24 de enero de 2012

Dándole un sentido a los sentidos

Salgo a buscar un deseo
un espacio, un encuentro.
Camino despacio, sin prisa.
Llevo conmigo los sentidos.
Quiero sentir el viento,
el erizo del frio,
oir el vivir ajeno,
tocar mis manos cálidas.
Observar que,
cada movimiento en mí,
lleva una coordinación perfecta.
El contacto de mis pies,
con la tierra, el agua, el cemento.
La caricia hermosa,
del sol sobre mi espalda.
La tranquilidad del no pensamiento.
La melodía incesante
en mi cabeza.
La sorprendente aparición
de un grupo de aves,
volando sobre mí,
yendo hacia una misma dirección;
la perfecta Sincronización.
Observo el cielo, celeste.
Tan celeste que aburre.
Vuelvo.
Sé que hay gente
a mi alrrededor,
pero no quiero ver.
Me atrapan las pintorescas
imágenes de los árboles;
algunos florecidos,
otros pelados.
Me detengo a contemplar,
la perfecta combinación
de sus ramas con el cielo.
Noto la luz y la sombra,
percibo que me acompaña el sol.
Por inercia, mis pies
siguen caminando;
ellos van y seguirán,
confían en mi decisión.
Y por fín comienzo,
a sentir ese deseo
que había salido a buscar.
Puse en práctica todos
los sentidos por haber.
Logro darles el mejor uso,
el "sentido" a ellos.
Y entonces vuelvo, feliz,
recordando para qué vivo.







2011

sábado, 14 de enero de 2012

De embriaguez y de amor

Es una dulce sensación,
una calidez visual.
Los sentidos despiertos,
y una armonía que luce,
una sonrisa que aparece.
Y los árboles desde la ventana,
me saludan con el viento sus ramas.
El mate y la pava me acompañan,
en esta soledad compartida.
Y de fondo una guitarra...
es Django Reinhardt quien me atrapa,
quien sus melodías me canta.
El tiempo desaparece, y estoy
en una eterna sensación
de embriaguez y de amor,
por la vida y por esta canción.









2012